El MVP es la versión mínima de un nuevo producto e incluye las características básicas para satisfacer las necesidades de los clientes.
Permite a una empresa o equipo recolectar la mayor cantidad de información validada gracias a su rápida adaptación para mejorar el producto lo antes posible, con el objetivo de lanzarlo a un público más amplio, con mayor funcionalidad y un diseño óptimo.
En esta parte es de vital importancia remarcar palabras básicas.
Es muy común que se quiera iniciar con el MVP de un producto, cuando en realidad no se tiene idea de cuál es el producto imaginado o se tiene una idea muy vaga o errada por no incluir a todos los stakeholders involucrados.
¿Cómo idealizar un MVP acertado?
Se recomienda validar esa idea de producto con un mapeo de stakeholders y un proceso de Product Discovery que ayudará a tener una idea más estructurada de cuál es el producto, definir el MVP con certeza, evitar fracasos futuros y, en un largo periodo de tiempo, mejorar el proyecto con un alto nivel de innovación
Un error muy común a la hora de construir un MVP es centrarse solo en las funcionalidades que quiero o deseo que posea, olvidando los demás elementos que se deben tener en cuenta, como la fiabilidad, usabilidad y el diseño que atraiga y deleite a los futuros clientes.
Cuanto más pronto sepas si tu producto es interesante para tu público objetivo, menos esfuerzo y dinero invertirás.
El MVP sirve de parámetro para:
- Realizar ajustes
- Posponer la fecha de lanzamiento de tu producto
- Suspender su difusión hasta que esté alineado con las necesidades de tu mercado
El MVP sirve para impulsar a un equipo de trabajo a realizar el menor esfuerzo posible, a cambio de una retroalimentación productiva.
Steve Jobs decía: «Decidir qué no hacer es igual de importante que decidir qué hacer». Esto aplica para los clientes y la segmentación del mercado. Por ello es importante construir un Producto Mínimo Viable para satisfacer una necesidad específica y resolver sus puntos de dolor.
¿Qué hay que hacer para lograr un MVP que supere las expectativas?
Todo se resume en cuatro palabras: Construir, medir, aprender y acelerar ¿Cómo aplicarlas?
¡Acá te lo contamos!
1. Construir ideas
Primero hay crear las hipótesis que se desea comprobar y definir las métricas para obtener la información que te ayude a lograrlo. Con esto se obtendrá el Producto Mínimo Viable que se necesita para medir, aprender sobre tu hipótesis y repetir el proceso.
Luego, determinar si el producto que se va a lanzar es mínimo y viable a la vez. Es aconsejable asegurarse de que cuenta con las características necesarias, para solucionar el problema que afecta al mercado que se esté apuntando.
Para que el producto o servicio sea viable se debe tener una interacción real con el mercado. Por ejemplo, si se venden autos, lanzar un simple neumático no resuelve ninguna necesidad, ni mucho menos reúne las características mínimas para validarlo.
En esta etapa, generar lotes pequeños y producir continuamente. Las hipótesis deben ser variadas, empieza por responder si existe un grupo de usuarios con el problema que tu producto va a solucionar.
Si la respuesta es negativa, la startup tiene un problema. Por lo tanto, hay replantear todo. Si la respuesta es positiva, se puede decir que has subido el primer escalón para alcanzar el éxito.
2. Medir el rendimiento
En esta etapa, se deben realizar pequeñas pruebas del producto para verificar tus hipótesis. Establece métricas de valor que te permitan evaluar los resultados de tus pruebas. Medir y analizar estos indicadores claves es uno de los factores principales de los que dependerá el éxito del MVP, y por supuesto, del negocio.
Asimismo, obtener métricas de valor permite aprender de las acciones. Elegir accionables, es decir, que muestren claramente la relación directa entre causa-efecto, y que sean adecuadas para tu tipo de proyecto.
3. Aprender de los datos obtenidos y acelera
Los resultados arrojados en la medición, permiten construir integralmente el Producto Mínimo Viable. Al apoyarte en el análisis de la nueva información, creas una nueva iteración que te lleve a la meta trazada.
En esta etapa de análisis es cuando se hacen los ajustes necesarios para alinearse a las necesidades del mercado.
De acuerdo con los resultados obtenidos y si las hipótesis se cumplieron, acelerar. Es decir, hay que continuar haciéndolo con mayor impulso y escala. Si no es así, modificar lo que no está funcionando, plantea nuevas hipótesis y sal a comprobarlas con un nuevo MVP.
¿Listo para llevar tu idea al siguiente nivel?
En Acid Labs te ayudamos a definir, validar y construir un MVP exitoso que conecte con tu mercado y minimice riesgos.
Contáctanos hoy mismo y recibe asesoría experta para transformar tu idea en un producto viable y escalable.